Diversos estudios y encuestas realizados en la última década en Estados Unidos y Europa, concluyen que los niveles de ansiedad y depresión en inmigrantes es dos a tres veces mayor que quienes residen en su país local.
Inmigrar y vivir en un nuevo país, es enriquecedor y transformador, pero también implica dejar atrás nuestras redes de apoyo y todo aquello que nos resultaba familiar, y por lo tanto nos sentimos más solos navegando el espiral de emociones y demandas de insertarse a otro país, lo que para una gran mayoría de personas resulta abrumante.
Entre los síntomas más comunes relacionados con el estrés y ansiedad de vivir afuera, se encuentran problemas de sueño, sentirse deprimido, falta de energía, cambios inexplicables de apetito, oscilaciones de peso, bajos niveles de motivación, desesperanza, aislamiento, dificultad para concentrarse o tomar decisiones, solo por mencionar algunas.
Si es que estás ad portas a inmigrar o bien ya estás experimentando alguno de los síntomas descritos arriba, te comparto acá 7 estrategias desde la evidencia para lidiar de mejor manera con esta etapa que aunque incómoda, es una fase normal y esperable del paso valiente de dejar una vida entera detrás para comenzar una nueva.
- Construye redes de conexión y apoyo: Ir a clases de idiomas, o unirte a una actividad grupal son excelentes opciones para aprender algo de tu nuevo país, a la vez que hacer amistades localmente.
- Establece límites sanos: Cuida de no comprometer tiempos de descanso o de cosas valiosas para ti, por exceso de trabajo o estudios.
- Cuida tus horas de sueño y ejercitarte con regularidad: aún cuando sea caminar media hora algunos días a la semana, existe cada vez más evidencia del impacto de las horas de sueño y la actividad física sobre nuestros niveles de bienestar general.
- Busca algún tipo de asesoría antes de partir: hoy existen numerosas comunidades online que asesoran y comparten información sobre el país de destino para así tener una idea más clara de qué esperar y qué desafíos te esperan. Psicólogos con especialidad en inmigración, comunidades en redes sociales, o agencias de idiomas pueden ser buenos puntos de partida.
- No pases todo el tiempo online: Si bien es una maravillosa herramienta para conectar con tu familia y amigos del país de origen, es importante salir, conectar y cultivar conexiones a nivel local.
- Cuida y organiza tus finanzas lo mejor posible: Contar con ahorros antes de partir que te cubra un par de meses y mantener en orden tus gastos, resultará clave para resguardar tu tranquilidad, más aún en el escenario de estar sin trabajo en los primeros meses. Adicionalmente, sobre todo al principio, es probable que debamos realizar varios gastos relacionados con visas, estudios, alojamiento, entre otros.
- Tanto tu mente como tu cuerpo son importantes: Ser migrante o expatriado involucra una serie de etapas, y varias de ellas involucran sentirnos deprimidos o inestables emocionalmente. No dudes en solicitar apoyo psicológico cuando sientas que los desafíos se sienten cuesta arriba y los niveles de estrés empiezan a afectar diferentes áreas de tu vida y tu bienestar general.